EL CAPÍTULO FINAL
por la Prof. NORMA BESONE
El ámbito escolar ha sido tradicionalmente espejo de experiencias particulares que vive el educando en el seno familiar y este se halla inmerso dentro de las conflictivas generales que impactan a la sociedad. Es pues el punto de partida de comportamientos sociales que no sólo beneficiaran el trabajo específico que promueva la educación, sino que formara un ciudadano comprometido y responsable frente a los conflictos.
La realidad es muy compleja porque en ella se cruzan factores muy diversos, la investigación y el análisis sobre el fenómeno son aún muy precarios y las respuestas educativas son igualmente distintas. No se puede afirmar que existe un buen paradigma conceptual desde el cual interpretar, en toda su dimensión, la naturaleza psicológica y social del problema.
Los actos violentos están sujetos a un gran sistema de relaciones interpersonales donde las emociones, los sentimientos y los aspectos cognitivos están presentes y configuraran parte del ámbito educativo. El problema comienza cuando se aborda la resolución de conflictos a través del ejercicio de la autoridad, del castigo, provocando un clima de tensión en el aula que el profesorado no sabe resolver, y queda la cuestión sumergida en el currículo oculto de las relaciones interpersonales y en el clima del centro que lo sustenta. Por ello, la escuela, puede y debe actuar desde su especificidad: la enseñanza y el aprendizaje, y es desde aquí que podrá intervenir promoviendo la transformación de las pautas culturales vigentes.
Las conductas, las actitudes y formas de convivir no violentas, solidarias, responsables y autónomas se aprenden y por lo tanto deben ser enseñadas, formando parte del currículo de las instituciones educativas. Educar en la responsabilidad es hoy en día, y lo será mucho más en el futuro, una de las funciones educativas básicas. Pero la formación de un núcleo moral básico no significa, como pudo ser entendida en el pasado, la identificación con una propuesta única y excluyente. La interculturalidad será la realidad de toda la sociedad futura. Ser capaz de convivir con el diferente, de enriquecerse con la diversidad, de trabajar en equipos a partir de la propia individualidad, de reconocerse a uno mismo y al diferente, serán exigencia de la vida ciudadana, de la vida política, de la vida individual.
Todas las personas tienen capacidad para aprender habilidades que le servirán para evitar confrontaciones inútiles y reparar de manera pacifica las relaciones truncas o deterioradas. Parafraseando a Dora Freid Schnitman, decimos que “la resolución alternativa de conflictos puede definirse como la práctica emergente que opera entre lo existente y lo posible. Quienes participan de ella, al construir renovadas posibilidades en la resolución de sus conflictos, reconstruyen sus cursos de acción, sus relaciones y se reconstruyen a si mismo.”
La implementación en los centros educativos, de programas de resolución de conflictos y mediación escolar son un aporte importante a la cultura del diálogo, el respeto, el consenso y la paz. Todas las personas tienen capacidad para aprender habilidades que le servirán para evitar confrontaciones inútiles y reparar de manera pacífica las relaciones truncas o deterioradas. Las investigaciones detectan que las situaciones de violencia y agresión entre escolares, se detectan, en edades más pequeñas. Pero en general el adulto actúa cuando el problema arriba a una gravedad extrema, aplicando medidas punitivas y pocos eficaces por lo que es importante preparar al cuerpo docente con estrategias para afrontar la situación. El docente necesita saber tratar el conflicto de manera cooperativa para poder trasmitirlo a los alumnos. Éstos aprenden por “irradiación”, es decir por el ejemplo de docentes. La transformación de los mismos repercutirá en la transformación de los alumnos, sistema, y sociedad.
La inclusión de un programa de mediación educativa como contenido “transversal”o PE (Proyecto especifico) permite que los valores, las habilidades de comunicación, el desarrollo del pensamiento lógico, reflexivo y creativo se desarrolla en el ámbito escolar a través de la experiencia directa sobre hechos cotidianos o aplicándolos a contenidos curriculares. Las soluciones”formales”no dan una respuesta adecuada ya que generan insatisfacción a las partes, desgaste, tanto de tiempo como emocional y la recurrencia de los conflictos que aparecen desplazados o disfrazados bajo nuevas pretensiones, pues los actores institucionales muchas veces no encuentran canales adecuados de gestionar sus conflictos. Esta insatisfacción afecta a toda la institución, trabando su desarrollo tanto pedagógico como institucional.
Así, los programas RAC nos permiten:
Enfoco el problema de la conflictividad escolar como algo interactivo y sistémico y no solo personal de los alumnos proponiendo un modelo de intervención netamente pedagógico abogando por la toma de conciencia acerca de la necesidad de incluir el desarrollo de habilidades socio. personales como objetivo educativo que favorezca la convivencia en el centro educativo y como preparación para la vida social. La resolución de conflictos esta íntimamente relacionada con la educación emocional y desde la etapa de la educación infantil, se puede enseñar a los pequeños de 3 años a razonar en lugar de actuar sobre sus conflictos. Desde el juego pueden ir aprendiendo a pensar mejor, a resolver pequeños conflictos, a respetar el turno de la palabra, a escuchar a los demás.
Con palabras de D. Goleman, se puede afirmar: “debemos alfabetizar emocionalmente”, que implica el aprendizaje de habilidades socio- afectivas, socio- cognitivo ,de autocontrol, cuyo déficit y/o ausencia, sabemos, tiene mucha relación con los comportamientos agresivos o violentos. Este psicólogo social que hace un importante aporte a la educación y a las emociones señala la existencia de dos mentes: la racional y la emocional, pero plantea que es muy difícil de determinar la frontera de ambas al momento de separarlas para determinar una conducta. Advierte, además, sobre las graves consecuencias de que en la actualidad se deje de lado la educación emocional del alumno y expresa “algún día la educación incluirá en su programa de estudios la enseñanza de habilidades tan esencialmente humanas como: el auto conocimiento, el autocontrol, la empatía, el arte de escuchar, resolver conflictos y colaborar con los demás.
De este modo obtendremos a corto o largo plazo consecuencias positivas como:
Ignorar los sentimientos puede retrasar el aprendizaje. El niño que exterioriza sus emociones tiene una alta organización cognitiva. (Victoria Trianes). En la prevención de la violencia hay una frase que dice” cuando las emociones no se expresan adecuadamente, se actúa”. Por ello la educación de las emociones es un eje importante para la Paz y específicamente en la resolución de conflictos. Las emociones son: “energía”que está hecha para moverse, para “ir hacia”, “puesta en movimiento” por sentimientos.
Debe tenerse en cuenta que: las emociones son parte del conflicto; aparecen después de los pensamientos; las formas de los pensamientos son: imágenes- sonidos-sensaciones; las emociones primarias: amor (alegría)- miedo (odio- ira- enojo- tristeza- celos- envidia-culpa); se manifiestan en el cuerpo; algunas se “disfrazan “ de otras. Para detectarlas, comprenderlas y asumirlas deberán aprender a: 1- Manejar el lenguaje “YO”; 2-Entender que cambiando los pensamientos se cambian las emociones y 3- Qué hacer cuando se está enojado o furioso.
Normalmente queremos cambiar las conductas cuando lo que se debe cambiar son los pensamientos. De acuerdo a investigaciones, más de la mitad de los niños agresivos se transforman en jóvenes crueles y violentos. De acuerdo con Mark Greenberg, (Psicólogo evolutivo y clínico) creador de un programa de educación emocional y social, de gran éxito en EE.UU. y Países europeos, con años de seguimiento científico, establece que entre los 3 y 7 años empiezan a desarrollarse habilidades sociales muy importantes como:1) autocontrol -2) capacidad de detenerse- 3) capacidad de calmarse- 4) capacidad de mantener la atención en lo de ayer.
Por otra parte los niños que poseen una buena capacidad de planificación y que son conscientes de sus emociones al ingresar a la escuela corren menos riesgos de experimentar posteriormente trastornos de agresividad y de ansiedad. Considera que los programas eficaces se caracterizan por cinco rasgos: calmarse y luego pensar; aumentar la conciencia de los estados emocionales de los demás; necesidad de hablar de los sentimientos para resolver los problemas interpersonales; desarrollar la capacidad de pensar y planificar anticipadamente para evitar situaciones difíciles; tener en cuenta los efectos de nuestras conductas en los demás. Por ello deberá tenerse en cuenta: a) las emociones son señales muy importantes: b) diferenciar sentimientos de conductas; c) calmarse antes de pensar; d) “regla de oro”: tratar a los demás como quieres que te traten a ti.
Como vemos, la edad ideal para el aprendizaje de las emociones corresponde al nivel inicial y primeros años de la primaria y creo que ha partir de allí deberá comenzarse a trabajar. En el Foro mundial de Mediación (Bs As- 2003) se trabajó el tema coincidiendo, los que nos dedicamos a la mediación educativa, que no existe bibliografía ni experiencias sustentables para edades tan tempranas en nuestro país, salvo experiencias pilotos. El propio Ministerio de Educación de la Nación comenzó a implementar el modelo de Mediación de Pares desde el Nivel Medio. Sin duda, lo importante es comenzar desde donde y como se pueda pero paralelamente ir cubriendo los espacios que quedan, ya que llegado a los 13 o 14 años sin haber comenzado a trabajar se ha perdido un tiempo muy difícil de recuperar.
El conflicto educativo tiene particularidades como:
El “Puedo resolver problemas” de Mirna Shure (adaptado) enseña a los niños “como pensar “y no “qué pensar” para resolver los problemas cotidianos. Los niños, luego de comprender las palabras que designan sentimientos como contento, triste, enojado, asustado, frustrado, es posible enseñarles que diferentes personas pueden sentirse de manera diferente frente a la misma situación, que no todos sienten de la misma forma y que se puede averiguar escuchando, observando y preguntando.
Una vez que los niños aplicaron a la vida real el prerrequisito de los pares de palabras y los conceptos referidos a los sentimientos ya están en condiciones de participar en un diálogo RCPI. (Puedo resolver los conflictos interpersonales). Éstos comprometen a los niños en el proceso de pensar en lo que hacen de tal modo que pueden decirnos qué hacer y qué no hacer y cuáles con las razones, transformándose en una conversación bilateral y no unilateral. En el nivel inicial y primeros años de la primaria he trabajado dos modelos adaptados: el de Mirna Shure (EE.UU.) y el de Sonia Mora Beltrán (Chile) coincidiendo en la metodología en que más que con palabras el aprendizaje se logrará con dramatizaciones, cuentos, canciones, juegos. Los “cuentos”, por su variedad temática de situaciones, ambientes, personajes, abren al niño un amplio abanico de posibilidades. A partir del cuento conocerá la bondad de unos, las dificultades de otros, y como se pueden ver las cosas a través de otros ojos y otras circunstancias” (Cuenta cuento- Nuria Ventura-ED Siglo XXI de España Editores.
Temario tentativo para el nivel inicial y primario (1ª ciclo)
Estrategias:
Características:
Lo singular de este modelo es que incorpora la habilidad social de la resiliencia aportando a la mediación: resistencia a las dificultades-positivismo-fuerza-constancia-activo en la búsqueda de soluciones. -flexibilidad. Se recomienda terminar la mediación con una connotación resiliente resaltando la amistad entre las partes y reconocer los logros en la búsqueda de soluciones.
En el nivel primario: reglas simples, repeticiones, y modelos espontáneos.
Reglas: nos escuchamos- las manos son para ayudar no para lastimar-lenguaje respetuoso-preocupación por los sentimientos de los otros.
Identificar el problema
En el 2do nivel reglas más complejas:
Concentrarse en el problema
El modelo que considero más acorde por los resultados obtenidos es el “Como hablar hasta entendernos” (adaptación del de Bárbara Porro a nuestro contexto.
En el nivel medio, trabajar con las herramientas que se utiliza con los adultos, especialmente en el ciclo superior. No interesa tanto el modelo como la aceptación del mismo y las herramientas que necesite el contexto.
¿Cómo lograr que se produzcan estos cambios y no sean “más de lo mismo?” Creo que esto podrá lograrse partiendo de supuestos que orienten las estrategias que promuevan los cambios de la institución escuela.
Por otra parte:
El último capítulo .....................
“Es el que podrá escribir cada institución, cada docente, avalando, descartando, rehaciendo o ampliando las partes”.
No es una guía para seguir paso a paso, no tampoco una receta infalible, tampoco intenta hacer responsable a los docentes, de los problemas que son de la sociedad que todos construimos y retumba en aulas, pasillos y patios de las escuelas. , Es solo una aproximación para comenzar a transitar el cambio cultural que aspiramos. La escuela no puede ignorar la realidad del código extraescolar que trae el alumno cuando ingresa al ámbito escolar, contando con su código de “supervivencia social”. La solución es un problema a resolver por cada uno, como pueda y desde donde pueda. Lo que no se puede dejar de hacer es intentar los cambios de paradigmas que hoy no respeta la sociedad.”(Atilio Archidiácono).
Creo que los elementos de la mediación transformadora, en cuanto a revalorización y reconocimiento, resultan, particularmente útiles para el objetivo de la mediación en educación que es formar a los actores institucionales en un marco en el que puedan gestionar sus propios conflictos, y, haciendo, de cada uno de ellos una instancia para el aprendizaje. La escuela es una caja de resonancia. En ella resuena la demanda social y no oírla es ser sordos a la realidad. Partiendo de que en y de la escuela se producen los grandes cambios, quienes no comprendan los tiempos que corren quedara atrapado entre la escuela que añora y la escuela que tiene, pasando a ser un analfabeto de la realidad.
Sólo si se trabaja en equipos, si se reconoce la importancia de los docentes en el modelo cultural que propugna la mediación tendremos diseminados a lo largo y ancho de la Provincia agentes que serán el “motor” del proceso. De lo contrario creo que corremos el riesgo de quedarnos en el cambio de algunos y no de todos.
Prof.-Mediadora Norma A. Bessone
Ex Inspectora de DEMES
Coordinadora de los Talleres de Mediación Educativa- PROMARC (M. de Justicia)
Capacitadora docente de la Red Provincial
Equipo Interdisciplinario Capacitador en Mediación Educativa
Centro de Abordajes de Conflicto, Argentina
http://www.mediacioneducativa.com.ar/experien27.htm
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